viernes, 20 de septiembre de 2019

Cuando la Calidad empieza con un lápiz y un papel

Recuerdo una reunión donde asistimos el recién llegado grupo de ingeniería y los directivos de la compañía que nos iba a acoger. Externalizados, proveníamos del mundo de la ingeniería para la fabricación de equipos de redes de datos y aterrizábamos en otro completamente diferente y ajeno a nuestras experiencias, el mundo de la consultoría.
Entre la cortés bienvenida y las edulcorados halagos pronunció un breve discurso el Director de Calidad. Eran unos años donde este tipo departamento, además de tener entidad propia, eran dirigidos por un gerente prevalente.
Como decía, el director de calidad dejó la siguiente frase al final de su discurso, como recomendación o tendencia exigente para conseguir un trabajo de calidad:

"Escribe lo que vas hacer y haz lo que has escrito".

Contrariamente al mensaje, el hecho de escribir, documentar, no es una de las tareas a ejercer en el trabajo del día a día.

Pero analicemos la frase detenidamente y qué relación tiene con la consecución de tan deseada calidad.

"Escribe lo que vas hacer" Esta frase esconde que, tras la acción de teclear un fichero txt o garabatear un papel, lo que realmente se hace es reflexionar y desarrollar la propia planificación del proyecto. Línea tras línea se enumeran y desglosan las diversas tareas, se organizan y ordenan en el tiempo. Los esquemas y diagramas visualizan relaciones entre ellas, afloran las dificultades y se pueden prever los escollos. El poyecto, aunque sea brevemente perfilado en unas notas, hace que pueda ser mejor compartido con otros colaboradores, comunicado y discutido con ellos.

Las segunda frase complementa la primera. "Haz lo que has escrito" cierra el trabajo. Es una forma de garantizar que el proyecto se ha ejecutado según se planificó. Si se han realizado cambios y modificaciones se puede contrastar con la idea original. Establecer diferencias, evaluar el resultado de los cambios y en definitiva, aprender de la experiencia.

En cualquier caso, esta sentencia del director trata de evitar la improvisación, o al menos, está forma de resolver los problemas debe ser una situación excepcional y nunca la forma habitual de trabajar.

Después de aquella tarde no volvimos a saber más de aquel director ni su departamento.

Luis. F. Real

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